Antología

Inconmesurablemente el espacio donde paso mis horas junto a mi almohada atraen sueños que en mi vida tienen un significado especial. La oportunidad de manifestar mis agrados ante los que siempre me acompañan es fundamental pues soy humano y necesito comparir mis cosas.

Últimamente, ha habido muchas coincidencia en la vida sentimental de este servidor, y los detalles no pasan por alto. Es más, tienen un gran valor el frutífero crecimiento que hoy me lleva hacia lo desconocido.

En mi vida muchos sueños tuve, pero pocos se cumplieron. Así mismo, muchas experiencias tuve de las cuales una gran mayoría las recuerdo. Me veo y digo que pasa en esta odisea por la que me toca pasar y que llaman vida.

Desvirtúo mi pasado sin darme cuenta que hoy tiene una gran importancia. Que depende de él que yo esté bien hoy. Quizás mi propia argucia cegó, en cierto sentido, el desarrollo de mi historia y, sin remedio, yo ya nada puedo hacer por recuperar ese tiempo perdido en el que exclamé improperios y desistí en darme cuenta de la realidad.

Ahora paso por una dicotomía de conciencia, ¿Hice lo correcto o no?. Ciertamente la semana se presta para reflexionar y pedir disculpas ante Dios. No puedo entender algunas cosas, aunque yo tenga mis propios argumentos encerrados en mi alma.

Sólo pido que todo lo anterior se convierta en una cajita mágica y lo que me suceda desde hoy en día, sea la luz que se esconde entre las nubes. Aunque desde hace un año, mi existencia giró a 300 grados, aún falta un poco para encontrarme con lo que soñé una vez.

Solamente espero terminar de nadar y no ir contra la corriente. La inusitada actualidad es mi razón de vida y eso me alegra mucho porque tengo a una princesa por compañera, la cual desde aquel día y hasta hoy me ha demostrado lo importante que soy para ella. Y recordar su sonrisa es lo único que me levanta de cualquier estado de ánimo depresivo en el que me encuentre.

Y hoy la recuerdo y por ello le escribo.